de cara contra una pared invisible
otra vez.
sábado roto, gris
todas las salidas se cerraron cuando sonó la alarma
y quedé perdido en este laberinto
donde sólo hay agua
y un trozo de pan
ya sé
quién soy yo para quejarme
cuando tengo una familia
un marido
una casa
perros y gato?
pero el pecho está frío
vacío
los hilos débiles que mantenían mi fe en el aire
se reventaron con la ventolera
y me quedé parado
mordiéndome los labios
saboreando mi sangre
por no saborear a la primera persona
que se me cruzara en el camino
mis ojos intermintentes
van del vacío al odio
del odio al desprecio
del desprecio al vacío
y las lágrimas arden
escuecen
me hacen doblar fuerzas para no explotar
en millones de átomos
y al fin
ser parte de todo
o de nada, que para el caso sería mejor
he perdido el habla
la vista
el olfato
las falanges se oxidaron
y las manos se helaron
abro las manos y hay velas rotas
santos derretidos
memorias borradas
y solemnidades que desaparecieron.
aún así,
hoy me desperté
saqué a pasear a mis niños
y a zambullirme en el vacío
que es vivir
haciéndome pasar por uno más
mezclándome entre la gente que va y viene
apoyando mis pies sobre el cemento
pero sobrevolando alto
como un globo de helio
que está condenado a ir donde el viento decida llevarlo.
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